Atentamente se les invita el día 3 de noviembre,  al evento en el cual la Dirección General de Investigación, a través del programa de Asentamientos Humanos, estará estrenando el documental «Organización y Liderazgo de grupos conflictivos, caso: El Trébol, ciudad de Guatemala». El día del evento se obsequiarán  150 DVD del documental a los asistentes. Los esperamos!  El mismo es resultado de la investigación realizada en el año 2013 en el Instituto de Investigaciones Políticas y Sociales de la Escuela de Ciencia Política y Co-financiada por DIGI.

Origen: Las elecciones del 2015

Claro que importa, no se trata de vivir en una sociedad sin reglas, pero dichas reglas deben ser de observancia general, sin privilegios, las demandas colectivas, nos están invitando a reflexionar a que EN ESTAS CONDICIONES, con una realidad de impunidad, cuando la oferta partidaria no satisface las necesidades de las mayorías, votar se convierte en una encrucijada nacional, en donde al elegir autoridades bajo las reglas actuales, implica de una u otra manera legitimar ese sistema de impunidad. Pero no hacerlo, podría abrir la puerta para que otros aprovechen la coyuntura si no se cuenta con una unidad que evidencie el respaldo de mayorías, con propuestas de programas y rutas y no sólo figuras.

Estamos acostumbrados a elegir personalidades, no es por proyectos o programas por los que se escoge al candidato, sino por su trayectoria personal, su personalidad y los sectores que lo soportan. Es a esa cultura de elección a lo que hay que apostarle cambiar.

La coyuntura actual debe ser una oportunidad para reflexionar y actuar. Hacernos responsables de las acciones u omisiones y debe ser la oportunidad para meditar y proponer una ruta de país, en donde puedan confluir intereses diversos sectores pensando en un bien común. Antes de decidir aplazar o no las elecciones, hay que meditar si el retrasar la fecha y bajo las mismas reglas de juego realmente hará la diferencia. El 6 de septiembre está cerca, Guatemala despertó el 3 de septiembre sin Presidente Constitucional y con una ex vice mandataria trasladada a una cárcel preventiva, ambos por delitos relacionados con actos de corrupción.

Pero la demanda social no debe concluir allí. Ejercer ciudadanía es más que acudir a las urnas, es comprender que el voto, es la herramienta que permite tener el tipo de Estado y gobierno que queremos. Es acompañar las acciones de nuestros funcionarios públicos y es ser coherentes con nosotros mismos.

El disparador que movió a la ciudadanía fue la corrupción desmedida y el descaro que funcionarios públicos hicieron. Sin embargo, aún falta mucho camino por recorrer. Hay que reconocer que en Guatemala no es la misma realidad en el área urbana que en la rural. Las manifestaciones que se han observado reflejan un descontento, sin embargo, aunque en el interior, puedan sentir el mismo descontento, lo cierto es que, a lo mejor lo sientan lejano o cercano, según quiera verse. Lejano, porque no se sienten protegidos por el Estado y que el gobierno (presente o pasado) no ha estado allí para ellos, son sin embargo, vistos como cifras en las estadísticas nacionales o un número en el recuento de votos. Por otro lado, lo sienten cerca, cuando viven los resultados del abandono: hambre, frío, poca formación, tecnificación y poco acceso a oportunidades.

Por otro lado, en las áreas urbanas, las expresiones de repudio ante los actos de corrupción y tráfico de influencias, ponen el dedo en un renglón para analizar y cambiar las reglas del juego político, expresiones que deben superar el 6 de septiembre con o sin elecciones.

Demandar atención es uno de los pasos, pero delinear el camino: a dónde queremos llegar como nación es otro, en donde el concierto de voces y necesidades pueda ser escuchado y que como aspiración a futuro construyamos la cultura de votar por ideas, programas y propuestas, y no votar por figuras, imágenes y no sometamos el voto a cambio de un beneficio. Porque el hambre, el frío, la falta de techo y de oportunidades no terminará con la venta de un voto a cambio de un objeto o valor que no durará para siempre, que probablemente sólo resuelva algo inmediato, pero no cambie las condiciones que lo originan.

¡Votar o no votar¡ ¿Esa es la cuestión? O acaso será el meditar y responder a consciencia interrogantes como: ¿Qué país queremos? Y más aún ¿Qué estoy dispuesta/o hacer para que suceda? ¿Qué valores tengo y quiero mantener, cuáles prácticas debo eliminar?